Cómo mejorar el vínculo con tu gato según investigaciones recientes

Cómo mejorar el vínculo con tu gato según investigaciones recientes

Los gatos frecuentemente son vistos como seres reservados, independientes, a veces distantes, pero recientes investigaciones científicas apuntan a que la relación que mantienen con sus dueños es mucho más profunda de lo que suele pensarse. El vínculo no se limita al ronroneo o a acurrucarse: hay procesos fisiológicos concretos que se activan cuando hay respeto mutuo, comportamientos voluntarios y bienestar compartido. Uno de los factores que aparece repetidamente como clave es la oxitocina, también llamada “la hormona del amor”.

11.PNGOxitocina y respuestas emocionales compartidas

Varios estudios recientes han evidenciado que tanto humanos como gatos liberan oxitocina durante interacciones calmadas y afectuosas. Este neurotransmisor está vinculado con emociones como la confianza, la empatía, la relajación, la reducción del estrés.

Un estudio realizado en Japón a principios de 2021 puso de manifiesto que las personas, al acariciar a sus gatos o hablarles con suavidad, presentaban niveles más altos de oxitocina en la saliva.

Más adelante, en 2025, otra investigación confirmó que encuentros tranquilos —por ejemplo, cuando el gato se acuesta en el regazo del dueño o aquel se acerca voluntariamente para el contacto— desencadenan respuestas hormonales positivas en ambos participantes.

Esto sugiere que no basta con “estar juntos”: se necesita que el gato tenga iniciativa, se sienta seguro, que exista consentimiento del animal, y que el dueño interprete esas señales sutiles que suelen pasar desapercibidas.

Consentimiento y señales del gato

Una parte importante de lo que define si el vínculo será fuerte o no tiene que ver con cómo el gato responde al contacto físico o social, y con si ese contacto es voluntario. Algunos gatos aceptan muy bien las caricias, el ronroneo cercano, el masaje suave; otros prefieren mantener distancia, tolerar menos el contacto físico, mostrarse más cautelosos. En estos últimos, forzar interacciones puede incluso generar estrés, y no incrementar sino disminuir los niveles de oxitocina.

Se mencionan comportamientos concretos que indican que el gato está cómodo: acercarse sin coacción, cabecear suavemente, ronronear estando cerca del tutor, parpadeo lento, compartir el espacio sin presión. Señales de relajación como acurrucarse voluntariamente también están presentes en los momentos de mayor conexión.

Estos comportamientos no solo fortalecen la relación emocional, también tienen efectos fisiológicos. Escuchar el ronroneo de un gato puede tener impactos concretos en los humanos:

Disminución de la presión arterial.

Ritmo cardíaco más lento, sensación de calma, menor estrés.

Para los gatos, la sensación de seguridad, dominio del espacio, libertad de decisión frente al contacto físico y la socialización positiva repercuten también en bienestar psicológico, menor ansiedad, mejores comportamientos sociales respecto al humano. También se ve una mejora en la mutua confianza.

Claves para construir un vínculo fuerte con tu gato

Con base en lo que los estudios señalan, aquí están algunas recomendaciones útiles para quienes quieren fortalecer la relación con su gato:

Permitir que el gato decida acercarse: cuando el gato inicia el contacto, puede ser acompañado de caricias suaves, palabras tranquilas, tonos bajos.

Respetar las señales de incomodidad: orejas hacia atrás, cola moviéndose, parpadeo rápido, intento de retirada o tensión corporal son señales de que es mejor detener el contacto. Evita insistir si el gato no busca afecto en ese momento.

Crear momentos tranquilos de convivencia: no todo debe ser juego activo. Ratios de quietud, de silencio, de cercanía física sin necesidad de interacción directa suelen generar confianza. Compartir espacio sin forzar contacto puede ser tan valioso como acariciar.

Uso del ronroneo y del contacto físico suave: si el gato ronronea cerca, se acurruca o pone la cabeza sobre el tutor, esos son momentos ideales para reforzar el vínculo, ya que estas acciones se relacionan con la liberación de oxitocina en ambos.

Comunicación no verbal: parpadeos lentos, posturas relajadas, mirada suave. Responder con la misma calma. Evitar movimientos bruscos, voces fuertes, gestos que puedan interpretarse como amenaza o presión.

Ambiente seguro y rutinario: los gatos se sienten más confiados si su entorno es predecible. Alimentación, refugio, lugares para trepar, zonas de descanso separadas, rutina de cuidados. Todo esto ayuda a reducir estrés preexistente que puede bloquear la formación de vínculo.

¿Qué dificultades pueden presentarse?

Algunos gatos tienen temperamentos más reservados, mayor predisposición al estrés, o experiencias previas que les hacen desconfiar más del contacto humano. Para ellos, el proceso será más lento, requerirá paciencia, respeto y constancia.

Tutores con poca experiencia pueden interpretar mal señales felinas: lo que parece “indiferencia” puede ser naturaleza del gato; insistir puede generar tensión en lugar de cercanía.

Diferencias individuales: raza, edad, historia de socialización, salud física o emocional del gato inciden mucho. Lo que funciona con un gato puede no servir con otro.

Ambiente externo estresante: ruidos fuertes, visitas inesperadas, cambios abruptos, otros animales, falta de espacios seguros, falta de estimulación o refugio —todos estos factores afectan la disposición del gato para confiar.

Los estudios actuales muestran que el vínculo entre humanos y gatos no es algo superficial ni casual. Hay una base biológica real, mediada por hormonas como la oxitocina, que se activa cuando existen condiciones de respeto mutuo, consentimiento, contacto voluntario, interacción calmada. No se trata simplemente de acariciar o escuchar el ronroneo: son los pequeños gestos, la respuesta recíproca, la seguridad del ambiente, y la lectura atenta de señales del gato lo que hace posible una conexión profunda.

Para quienes conviven con gatos, la invitación es a observar, escuchar, ceder al ritmo del gato, y construir espacios de confianza con paciencia y empatía. La recompensa: compañía, bienestar emocional, menos estrés, mejor relación mutua.

Fuente: america-retail.com

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