Los animales son capaces de identificar a otros individuos de su especie mediante rasgos, sonidos o señales olfativas. Los pájaros se reconocen entre ellos y también son capaces de identificar a ejemplares de otras zonas y de especies diferentes.
En la naturaleza también se han observado aves de distintas especies cooperando entre sí y formando bandadas mixtas. De esta forma, es más fácil de defender un territorio frente el ataque de depredadores, pero no todos los comportamientos son tan solidarios. Otras aves aprovechan este reconocimiento para colocar sus huevos en otros nidos o robar material.
El canto de las aves
Las aves son los vertebrados con el repertorio más complejo de sonidos, sobre todo si hablamos de paseriformes. El canto no solo es útil en la época reproductiva, también sirve para la comunicación en el día a día.
A través del canto, las aves transmiten señales de reconocimiento, llamada, alarma y ubicación entre muchas otras. La duración, la frecuencia, amplitud y el ritmo es diferente en cada caso según el contexto. Los polluelos tienen un canto innato que durante su etapa sensible perfeccionan a través del aprendizaje de sus progenitores y el uso de la memoria.
Normalmente, los cantos consisten en vocalizaciones con silencios intercalados y la unidad mínima de cada canción recibe el nombre de nota. Las notas se agrupan en sílabas y estas en frases que se van repitiendo en secuencias fijas o variables en cada canto.
De esta manera, se puede descifrar todo un repertorio de canciones y asociar cada frase o sílaba a un significado concreto, como la llamada a las crías, la búsqueda de pareja, la alarma ante un depredador y otros muchos mensajes.
Los dialectos de las aves
Cada especie de ave tiene un único repertorio de canciones. De hecho, estas pueden llegar a ser tan específicas que se convierten en el método para reconocer las diferentes especies. Sin embargo, esta regla no es universal, pues existen variaciones geográficas en el canto de una misma especie distribuida en un amplio territorio. A esto se le conoce como dialecto.
Estos dialectos son únicos y se transmiten de forma cultural. Las aves jóvenes y adultas de algunas especies copian las canciones de su lugar de nacimiento o de los pájaros vecinos de la misma zona.
Los dialectos se mantienen, en general, estables, y algunos perduran tanto que superan la esperanza de vida de las propias aves que los producen. Gracias a ellos, se pueden realizar censos aviares dentro de un área geográfica amplia.
Las aves pueden identificarse entre sí
Los pájaros se reconocen mediante el canto, es más, el mensaje más fácilmente reconocible en una canción es la identidad de la especie. Los machos utilizan este mensaje para controlar y defender un área de los intrusos de su propia especie.
Los machos territoriales reaccionan a estas advertencias con un «contracanto», una exhibición agresiva y el acercamiento o la evitación. Estas vocalizaciones no son frecuentes en hembras.
Reconocer otros cantos también es útil para evitar riesgos. Un ejemplo es la ratona australiana azul, Malurus cyaneus, un ave endémica del sureste de Australia y Tasmania que, además de escuchar y reconocer los cantos de otras aves puede aprenderlos, al igual que nosotros podemos diferenciar y aprender idiomas extranjeros.
Aprender a través del «espionaje» entre especies es una ventaja para sobrevivir en un medio lleno de peligros, pues si otros individuos alertan de una amenaza, estas aves pueden escucharlo, entenderlo y esconderse para estar a salvo.
¿Los pájaros reconocen su propio reflejo?
Ya sabemos que los pájaros se reconocen entre sí, pero ¿pueden reconocerse a sí mismos? La respuesta es sí, al menos en los córvidos. Las urracas reconocen su propio reflejo en un espejo.
La evidencia de este autorreconocimiento la conocemos a través de un sencillo estudio en córvidos. Para confirmar este fenómeno no basta con que el animal ataque o intente cortejar su imagen reflejada, si no que posea los mecanismos neurológicos para identificar su propia imagen.
En el experimento se colocó una marca de color sobre las plumas negras de debajo del pico y se esperó a ver la reacción de la urraca frente al espejo. El animal, al ver algo diferente sobre su cuerpo, reaccionó acicalándose con su pico sobre su plumaje en lugar de picar el espejo. Esto demuestra que de alguna forma, era consciente de que la imagen del espejo era la suya propia.
La autoconsciencia no es la única habilidad de las urracas, los córvidos muestran comportamientos comparados a otros mamíferos, incluso a los primates. La empatía, la construcción de herramientas y la memoria episódica también se ha descubierto en estas inteligentes aves.
Las aves son animales sociales y han desarrollado estrategias para reconocerse a sí mismas y a otras especies diferentes. El canto es la principal forma de comunicación entre ellas y está tan especializado que pueden distinguirse dialectos según la zona geográfica en la que habiten.
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