El comportamiento ultraderechista que venía demostrando el gobierno hace unas semanas mostró una especie de límite frente a otros mandatarios del mundo en la reunión del G-20, realizada en Brasil.
La decisión de retirarse de la COP 29, o las votaciones en la Asamblea General de la ONU, en donde por directivas de Milei se decidió negar los derechos a las comunidades indígenas y oponerse a la eliminación de todas las formas de violencia contra las mujeres, el pasado martes en Río de Janeiro parecieron no tener ningún tipo de continuidad. El aval del gobierno argentino al comunicado final del G-20 es un suceso que permite analizar el verdadero peso del discurso de Milei frente al mundo.
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Entre el 18 y el 19 de noviembre, en el país presidido por Lula Da Silva, se celebró la reunión de los 20 países que conforman el 85% del PBI a nivel mundial. La guerra de Ucrania, el genocidio al pueblo palestino junto con las tensiones en Medio Oriente, las discusiones sobre el cobro de impuestos a las grandes fortunas y la cuestión ambiental fueron los temas que se colaron en la agenda de este encuentro.
A pesar de las limitaciones que tienen las resoluciones elaboradas en este tipo de cumbres, donde el marco de discusión se da en función de crear un capitalismo más amigable o con rostro humano, uno de los elementos llamativos fue el aislamiento que Javier Milei obtuvo por parte de sus pares. El negacionismo, el machismo y todo el resto del discurso ultraderechista del libertario argentino no tuvo peso alguno a la hora de la elaboración del comunicado final de esta reunión.
Si bien el presidente libertario aclaró algunas diferencias con respecto al documento final del G-20, este terminó teniendo luz verde para ser publicado, cuando con solo el voto del libertario bastaba para que estas declaraciones no salieran, el mandatario argentino decidió no oponerse.
Mirando el desarrollo del periplo del presidente, pareciera que las negociaciones económicas con otros países tuvieron más peso que la defensa del discurso con el que se viene posicionando a nivel mundial. Sus encuentros con Xi Jinping, las negociones de Caputo con el ministro de Energía brasilero y demás reuniones bilaterales desnudaron la posición que Argentina ocupa frente a los demás líderes mundiales.
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Los libertarios en el G-20
Desde el recibimiento de Lula hasta la foto final de la cumbre en la cual Milei no aparece, la figura del presidente y su discurso se fueron desdibujando frente a la intervención de los demás países. Una especie de demostración del peso que pueden tener las ideas de Milei frente a los intereses que manejan los demás países centrales de este mundo.
Desde el primer día la intención de Milei fue dejar en claro su oposición a los principales lineamientos y discusiones que tomaron cuerpo en el programa del G-20. Ya en el primer día, el dirigente libertario exclamaba que “es un error resolver el hambre y la pobreza con mayor intervención estatal”. Una línea que buscó profundizar y agregarle más elementos de su discurso en la sesión de Reforma de la Gobernanza Global, donde en su disertación aclaró: “Si se trata de restringir la libertad de opinión, no cuenten con nosotros. Si se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros. Si se trata de inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o cualquier minoría, no cuenten con nosotros”. Pero viendo el desenlace del G-20, su defensa acalorada contra las políticas colectivistas, a las que nos tiene acostumbrados en sus discursos, mermaron. Este comportamiento tiene alguna lógica, y tal vez las negociaciones bilaterales sobre temas económicos con los países participantes, para tratar de conseguir divisas ante la situación económica del país, sea la respuesta.
El gobierno en este último periodo ha conseguido, sobre todo económicamente, algunos elementos que le quitan presión a su gestión. Pero a este veranito necesitan convertirlo en una realidad duradera, y si quieren garantizarse una mejor imagen de cara al año electoral entrante, necesitan apuntalar este escenario Con esta premisa, el gobierno renunció a su posicionamiento ultraderechista, dejando a la vista el lugar que le toca al país frente a otras naciones, y la necesidad de asegurar acuerdos con otros mandatarios cobraron el primer lugar de importancia.
El encuentro con Xi Jinping fue el plato fuerte de la agenda mileista. Tragándose todos los dichos que propinó sobre el líder oriental antes de ser presidente, Milei, luego de la renegociación de hace uno meses del Swap chino, les abrió las puertas a los acuerdos de la “China comunista”. Si bien el contenido de esta reunión fue secreto, la renovación del Swap hasta 2026 y la búsqueda de apoyo para un nuevo programa con el FMI fueron los objetivos a charlar con el nuevo socio comercial. Claro está que no existe la gratuidad en las negociaciones por parte del gigante asiático, siendo que la reactivación de la construcción de las represas en Santa Cruz, junto con la posibilidad de conseguir facilidades a la hora de ingresar al RIGI estuvieron en la discusión.
Continuando en el terreno asiático, el presidente también se encontró con su par indio, Narendra Modi. La reunión tuvo como eje las exportaciones agropecuarias y la venta de gas natural licuado; mientras que por el lado del primer ministro de la India, las intenciones están ubicadas en la posibilidad de facilitar la concreción de proyectos para la extracción de litio en la provincia de Catamarca. Como regla en todos los acuerdos, la fórmula es la de una Argentina exportadora de materia primera y receptora de capitales destructivos para nuestros territorios.
El recorrido no terminó ahí y la comitiva argentina aprovechó los encuentros con la dirigente del FMI y con el presidente del Banco Mundial.
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Con Kristalina Georgieva la tónica del encuentro no se diferenció mucho de las últimas que ha tenido con Milei o con el ministro de Economía Caputo. Como viene siendo costumbre, las felicitaciones por el rumbo económico tomado por la gestión de los libertarios no faltan, pero las precisiones sobre el estado del acuerdo con el Fondo no son claras. Relacionado a esto solo salen a la luz declaraciones informales de uno o de otro lado sobre la posibilidad de nuevos desembolsos o de un nuevo programa, como lo alertó Caputo en sus últimas declaraciones. Una dinámica que, con la reconfiguración que pudiera tener esta institución cuando desembarque Trump en la presidencia estadounidense, pudiera agilizarse. Pero este escenario solo lo prevé el gobierno argentino, ya que el apoyo político recibido por el próximo presidente republicano, puede no traducirse en un apoyo económico.
Los encuentros para asegurar recursos económicos continuaron. La reunión con Ajay Banga, el encargado del Banco Mundial fue una de ellas. Estas negociaciones fueron favorables para los deseos libertarios, ya que se hicieron de un desembolso de U$S 1.000 millones para gastos sociales y apoyar al sector energético. Esto último, referido al sector energético, se enmarca en uno de los programas que financia este acuerdo, el cual está orientado a mantener los subsidios en las tarifas eléctricas.
Por último, el ministro de Economía, Luis Caputo, se encargó de aportar su granito de arena a la hora de conseguir recursos económicos. Caputo, junto con el ministro de Energía de Brasil, Alexandre Silveira, firmaron un acuerdo para que Argentina exporte gas de Vaca Muerta a las industrias brasileras.
Milei en el mundo y Milei en Argentina
La idea del propio Milei, donde él es una de las principales figuras políticas en mundo, en esta cumbre pareció no materializarse en la realidad. A pesar de las líneas rojas marcadas por el presidente frente al comunicado final del G-20, la irrupción de la figura del león contra los empobrecedores no se hizo notar, teniendo la posibilidad de cancelar la publicación de este comunicado si el se oponía.
Con este escenario se abren paso algunas discusiones. Por un lado, observando los discursos y su posterior desempeño, el presidente queda atado a la idea de lo que quiere ser y lo que puede ser. Según su imaginario el es uno de los salvadores de los valores de occidente, pero lejos estuvo de mostrarse como un luchador férreo de estas ideas. Aunque al mismo tiempo, como dicen algunos analistas políticos, decidió optar por el pragmatismo en lugar de la confrontación. Una elección atada directamente a las urgencias que tiene en el país.
Entendiendo al pragmatismo de las negociaciones, como la entrega de recursos y soberanía, el gobierno terminó haciéndose de algunos acuerdos importantes para poder mantener el momento por el que vienen transitando. El veranito financiero en el que se apoyan para agrandar su volumen político y seguir achacando a los trabajadores con su programa de ajuste se tiene que asegurar. Los niveles del mercado cambiario, con un dólar a mil pesos alguien lo tiene que pagar, asegurar el funcionamiento de los bonos que forman parte de la estructura del carry trade necesitan ser financiados y los vencimientos de deuda del próximo año necesitan divisas. Frente a estas exigencias, a la gestión libertaria le quedó solo este camino, bajar la cabeza y asegurarse de engrosar las reservas para mantener el funcionamiento de su estructura económica.
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Lo que pudieran ser posibles resultados positivos para el gobierno libertario, son futuros golpes para la clase trabajadora y los sectores populares. Los desembolsos de las instituciones internacionales y los acuerdos con potencias imperialistas devienen en saqueo y programas de ajuste muchos más obscenos que los actuales. Es por esto que tenemos que poner en marcha un nuevo proyecto para enfrentar a este gobierno y dejar de lado todas las alternativas políticas tradicionales que nos trajeron hasta este punto crítico. Desde el MST en el FIT-U somo claros y entendemos que para terminar con los planes y el gobierno de Milei necesitamos algo nuevo y no las declamaciones progresistas que aparecen hasta en algunos sectores del G-20. Con este escenario enfrente, te invitamos a construir una alternativa política que enfrente de manera coherente a todos los planes de los gobiernos capitalistas.
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